11 de octubre de 2013

Peldaños inscritos en el castillo de Lewes

Hace casi mil años que nos contemplan los sillares del castillo de Lewes desde lo alto del promontorio artificial en que fue emplazado. Más concretamente, desde la conquista del trono inglés por Guillermo I y el reparto de Sussex entre sus barones normandos. La hermosa ciudad de Lewes correspondió a Guillermo de Warenne, caballero muy principal y yerno del Conquistador, que inmediatamente se ocupó de fortificar el lugar en el que ya había existido una fortaleza sajona. De aquel poderoso castillo sobreviven hoy solo algunas partes, la más impresionante de las cuales es una barbacana de construcción algo posterior.


Al oeste se alza el conjunto más elevado del castillo, su torre del homenaje. Para llegar a sus almenas es necesario salvar hasta 120 escalones entre terrazas ajardinadas.


Al llegar a la cima, el visitante comprende por qué sajones y normandos escogieron este lugar para dominar el valle del Ouse.


El castillo de Lewes ha sido objeto en años recientes de obras de restauración sustanciales por valor de un millón de libras esterlinas. La Sussex Archeological Society, propietaria de este monumento y de otros varios a lo largo y ancho de los condados de West Sussex e East Sussex, decidió sufragar parcialmente los elevados gastos mediante una interesante modalidad de suscripción popular, bajo el eslogan Sponsor a step. En la web de esta organización no lucrativa se puede comprobar: todo ciudadano particular, organización o colectivo puede comprar uno de los 120 peldaños de la escalera por la módica cantidad de quinientas libras. Aportando esta cantidad, cada nuevo patrono adquiere el derecho a que uno de los escalones que suben al castillo de Lewes lleve grabado su nombre o cualquier frase que no sobrepase los 32 caracteres. La web de la SAS muestra como ejemplo una inscripción de tipo comercial y la mayoría de los mensajes constituyen meras firmas individuales o de parejas o familias. Algunas hacen las veces de brevísimas estelas funerarias y unas pocas encierran destellos de concisión e ingenio forzosamente más concentrados que los que encontramos en Twitter. En estas imágenes tomadas hoy encontramos a "Los Barton, que adoran los castillos", a la familia Brotherton, al Ayuntamiento de Lewes o a sus residentes y visitantes...




No es la única institución que ha recurrido a esta forma de financiación: la mexicana Universidad de Monterrey, por ejemplo, también vende ladrillos grabados. Empresas norteamericanas como Olde Mill o Brick Markers hacen del ladrillo inscrito un eficaz instrumento de marketing tanto comercial como no lucrativo.

En el caso de Lewes, se trata de una forma bastante segura de garantizarse un recuerdo, sobre todo si tenemos en cuenta que las piedras a que acompañarán estas inscripciones llevan ahí casi mil años.

(Fotos propiedad del autor. Publicado también en Retazos)

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